El arte como destino.
La eternidad como lienzo.
Nacido el 8 de enero de 1949 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Daniel Hernández Tiburcio encontró en el arte su verdadera vocación, desafiando las expectativas familiares que lo dirigían hacia la vida militar. Su talento innegable lo llevó a plasmar una visión única del mundo, donde el color, la textura y la composición se convertían en un lenguaje propio, profundo e irrepetible.
Nacido el 8 de enero de 1949 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Daniel Hernández Tiburcio encontró en el arte su verdadera vocación, desafiando las expectativas familiares que lo dirigían hacia la vida militar. Su talento innegable lo llevó a plasmar una visión única del mundo, donde el color, la textura y la composición se convertían en un lenguaje propio, profundo e irrepetible.
Su obra traspasó fronteras, exhibiéndose en Alemania, Bruselas, Canadá, Nueva York, Ámsterdam y en múltiples espacios de México. Piezas como "Primera Llamada" reflejan su esencia artística: una interpretación personal e inconfundible de la realidad, con una fuerza expresiva que sigue resonando en quienes descubren su legado.

El 18 de febrero de 2013, su historia se entrelazó con el río de Tuxpan, Veracruz, justo frente a Santiago de la Peña, el lugar que vio nacer a su madre. Un ciclo que se cierra, talento que prevalecerá.
En Arttem, honramos su trayectoria, su visión y su impacto en el mundo del arte. Porque los grandes no desaparecen, se transforman en historia, en legado, en inmortalidad.
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